“Es penoso para mí que todavía estamos enfocados en cuestiones de menor importancia como la homosexualidad. Sé que muchos piensan de manera diferente, pero los problemas reales que Jesús nos llama a enfrentar es cómo alimentar al hambriento y vestir al desnudo. Esto [el matrimonio homosexual] no es esencial” —Rev. John Hill, Iglesia Metodista en los E.U.A. (Fuente en línea)
Con todo respeto, la declaración del "reverendo" Hill, es un "reverendo" absurdo. Lo que es verdaderamente penoso, es que el evangelio social, o algo que se le parece, reemplace el verdadero llamado de Jesús: él vino a buscar y a salvar lo que se había perdido (Lc 19:10). Cuando el pecado (cualquier acción en contra de los preceptos de Jehová Dios) deja de ser un tema esencial, entonces se abandona por completo la verdad de la necesidad humana: un salvador quien pueda pagar el precio de nuestro pecado, darnos perdón y librarnos del castigo justo (Ro 6:23); ¿hay algo de "no esencial" en ello? Y, ¿quiénes llevarán este mensaje?, ¿a quiénes se ha encomendado enfrentar este reto?, ¿quiénes proclamarán que el pecado es el mayor problema de la humanidad pero que hay quién ya pagó el precio en lugar de los que habrán de creer? (cf. Lc 24:44-48; Hch 1:8; 1 Co 15:1-4)
No, "reverendo" Hill, y todo aquel que piense como él: el pecado es un tema esencial, no se equivoquen. Hay que tomar la Santa Biblia y volverla a leer, cuantas veces sea necesario, dejando que el Espíritu Santo sea quien guíe el entendimiento, y no el corazón y sabiduría humanos.
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